martes, 25 de octubre de 2011

Las Fallas del Mercado: El Monopolio

Suele decirse que los monopolios, es decir, una situación en la que hay un solo proveedor para un bien determinado, son una demostración de la existencia de fallas en el mercado. Cuestiones a las que la economía del mercado, por si sola, no provee solución.

Bien, analicemos la situación.

Vamos a un boliche a bailar, entramos en la jungla, la competencia total. Muchos oferentes, muchos demandantes. Y ahí la ves. Divina, sacándose de encima a todos los “pesados” y repitiendo una y otra vez “Vengo a bailar con mis amigas, ¡tarado!”.

Te acercás, y como si hubieras aprendido de Hitch, acepta que la invites un trago. Y claro, le divirtió tu charla, le gustan tus pecas y tus anteojos. El resto no lo puede creer. Pero así fue. Te enamoraste, se enamoró, y ahora son novios. La diosa con el nerd. O la ley del embudo, dirán los envidiosos.

Este cambio de estado civil, desde el punto de vista económico es un monopolio. De ahora en más, el “factor amor”, hace que vos seas el único proveedor de aquello que le da bienestar y felicidad a tu pareja.

Es importante destacar que este proceso se dio de forma voluntaria y de común acuerdo. Tu novia eligió tus “servicios” entre muchos otros que tuvo para elegir. Se podría decir que vos la conquistaste, pero, como bien aclara Ludwig von Mises: “Es una mala metáfora hablar de la conquista de un mercado, pues no hay conquista alguna cuando una empresa ofrece productos mejores o más baratos que sus competidores”.

Ahora bien, muchos pueden argumentar que, como estás de novio y como el “factor amor” te da cierta “público cautivo”, vos te vas a dejar estar y lo que le ofrezcas a tu novia va a ser cada vez peor. Vas a descuidar tu físico, van a salir menos, no le vas a mandar más rosas a su casa, y seguro que le grites al primer problemita.

Lo mismo se dice de los monopolios. Frente a las barreras de entrada para la competencia, el monopolista ofrece productos caros pero de mala calidad, y el público no está lo satisfecho que podría.

Ahora bien, en ausencia de una ley o decreto que fije esas barreras de entrada ¿existen realmente?

¿Si tu novio se deja estar y el príncipe azul que creías conocer resulta ser un fiasco, no es razonable que, por más que duela, vas a elegir estar sola antes que así de acompañada? Es decir ¿es realmente posible eliminar la competencia? ¿Hay alguna barrera que pueda imponerse a la creatividad?

Conclusión:

Así como puede suceder que una pareja termine, también pude pasar que el monopolista se quede sin clientes. El hecho de que los tenga no implica otra cosa que aquellos que compran están mejor comprando que sin comprar.

Llegado el caso que el monopolio presente servicios deficientes, allí habrá una poderosa señal para que otros empresarios, siempre al acecho de nuevas oportunidades de ganancia, entren en el terreno y amenacen la posición del que antes era “monopólico”.

Y si creés que no están al acecho, mirá esta publicidad:


(si no se ve hasta el final, pueden verlo aquí http://www.youtube.com/watch?v=6smojTcmHH0)